El mundo del deporte quizá conozca a Eric Karros como el hombre de hierro de los Dodgers de los 90, pero hoy se le celebra por algo mucho más allá del béisbol. En un anuncio impactante que dejó atónitos a aficionados y defensores de los derechos de los animales, Karros anunció la apertura de Freedom Ranch, un extenso santuario de 60 hectáreas en el corazón de California, valorado en más de 6 millones de dólares.
Freedom Ranch no es solo una lujosa extensión de campos abiertos y establos; es un salvavidas para caballos abandonados, desatendidos y maltratados. Con instalaciones de vanguardia, centros de atención médica y amplios pastos para rehabilitación, el santuario promete una segunda oportunidad para los animales que fueron dados por muertos. Karros, visiblemente emocionado durante la conferencia de prensa, comentó que el proyecto se venía gestando desde hacía años: un sueño nacido de la pasión y la responsabilidad.
Las reacciones han sido rápidas y apasionadas. Algunos aficionados lo llaman “un héroe más allá del estadio”, mientras que los críticos cuestionan cómo se podrá sostener financieramente un proyecto tan enorme. Sin embargo, los partidarios argumentan que Karros está sentando un precedente, demostrando que las verdaderas leyendas no solo hacen historia en el deporte, sino también en la humanidad.
González, defensor y socio del proyecto desde hace mucho tiempo, subrayó la misión con palabras poderosas: “Esto es más que un refugio: es una lucha por la dignidad, una lucha por la vida”.
Mientras el sol se pone sobre Freedom Ranch, una cosa es segura: Eric Karros ha cambiado la conversación, demostrando que el legado se puede medir no solo en jonrones sino también en esperanza.